martes, 2 de febrero de 2010

365 noches

Mi cama no está vacía, ni está sola.
Estoy yo,
y está mi calor.


¿Y tu? ¿Te tienes en tu cama?
¿O tienes a un desconocido ocupando tu lugar?







Ha sido difícil, no nos vamos a engañar. Y ahora el miedo me invade.





***

Esta es, probablemente, la historia de amor más bonita que jamás pude imaginar.

Probablemente sería una acalorada tarde de verano, yo tenía 5 años y tu 4, nuestras madres se cruzarían por la plaza o por la terraza del único bar que existe en nuestro pueblo, nos presentarían, como dos madres presentan a sus hijas, sin más, y entre sonrisas y miradas alegres nos pondríamos a jugar. Ni ellas ni nosotras podíamos ser conscientes de nada. “Un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad”.

A partir de ahí, todo son buenos recuerdos y anécdotas que contar. Tu y yo con 6 y 7 años, sintiéndonos adultas por tener un monederito (el mío del Coronel Tapioca, tu siempre fuiste más repipi así que seguro que era de color rosa), entrando en el bar, casi sin alcanzar la barra, pidiendo “dos polos de limón por favor”, yéndonos al parque a tomárnoslos y así hasta 4 veces más, hasta que Adela, la dueña del bar, nos dijo que eran muchos helados para una tarde y que no nos vendía más! Vaya cortada de royo nos pego!
Con 8 o 9 años, convocando a todo el pueblo, que aunque sea pequeño, es! Para presentarles nuestro espectáculo de cantantes, tu, yo y Paloma, otra buena pieza para el puzzle!! Recuerdo que íbamos puerta por puerta dando unos papelitos escritos por nosotras mismas, con la hora y el lugar del espectáculo. Recuerdo que pusimos un montón de sillas en el rellano de al lado de tu casa, y dejamos vacía la nevera de tu abuela, venga a regalar Fanta y coca-cola a todo el que se acercara!! De repente me entro el miedo escénico y… se canceló la función! Música de la radio y a tomar viento todo el mundo!
También, cuando ya empezamos a ir a las fiestas de los pueblos, las horas previas a la gran noche, probándonos ropa, intercambiándola,… Cuando empezamos a tontear con chicos, o bueno, en mi caso mejor dicho cuando los chicos empezaron a tontear conmigo, recuerdo cuando todos se acercaban a preguntarnos el nombre, tu para eso siempre fuiste más lanzada, yo era más tímida, aunque la de copas gratis que nos sacamos entre las dos!!!
También recuerdo la bronca que me calló por escaparme de casa para acompañarte a ir a buscar a Ángel al pueblo de al lado, por aquel entonces tu novio y tu gran amor, y andando que fuimos!! Nunca me arrepentiré de esa escapada.

Son tantos los recuerdos, todos tan bonitos y especiales y alguno que otro amargo (la noche que discutimos cuando íbamos en el autobús de San Sebastian de los Reyes a Madrid, menuda bronca en mitad del autobús y de la calle! Pensé que me moría de vergüenza y del dolor, por pensar que te perdía… y al cabo de media hora, miradas de reojillo… y tú diciéndome algo así como “¿pero te crees que me vas a perder por esto?” Pude sacar todo el aire contenido que tenía atragantado en mi garganta y… de ahí nos fuimos las dos solas a Pacha, y entramos gratis, “¿Fiesta privada? Ya ya, si vamos con esa pareja que acaba de entrar”.

La vida nos ha ido uniendo, los momentos, las confidencias, los veranos, los novios, los ex-novios, los dolores, las enfermedades, los viajes, las idas y venidas, los momentos críticos, las superaciones… Todo. Muchas veces me pregunto y me gustaría saber a que antepasado mío y tuyo he de darle las gracias. Aunque por lo que si doy gracias es por no saber quién es él o ella, porque sino me vería obligada moralmente a agradecerle cada día lo afortunada que soy por conocerte, por tenerte, por tener tus consejos y tu apoyo. “Hasta el INFINITO y más allá” Sandra.



TU REGALO DE CUMPLEAÑOS!! Sé que te va a gustar, porque te conozco demasiado bien <3







TAI


***