domingo, 6 de mayo de 2012

Gracias mamá.

Primero me acunabas y amamantabas, luego me ayudabas y regañabas, después... Después vino la adolescencia, el caos... Pero incluso en aquella difícil etapa sabías que seguías siendo mi gran apoyo, mi pilar, y yo no me entendía, y tu no me entendías, yo no era fácil de comprender y no me explicaba para que fuese comprendida. Pero tras la tormenta, siempre llega la calma... Y aunque luché y luchaste para que llegara, te agradezco tus esfuerzos incansables, tu alma luchadora y guerrera, tu comprensión y constancia, tus noches en vela por no dejarme sola en los momentos pesados y difíciles de la carrera, tus ayudas económicas, tus tonterías y tus risas, tus llamadas. Te he de agradecer tantas cosas que ni ahora mismo recuerdo, que por todas ellas te doy un GRACIAS que me llena la boca, el alma y el corazón. Gracias por ser la mejor madre, porque a pesar de las regañinas que tenemos (y seguiremos teniendo), a pesar de tus "no me llamas nada" y mis "si hablamos hace dos días", tu fuiste la primera en enseñarme qué era el amor, el amor verdadero, el amor de madre, y eso es algo maravilloso que siempre nos pertenecerá. Tu hija Delia, que a pesar de las distancias siempre te tiene presente, te quiere.


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