sábado, 13 de julio de 2013

Como si de un déjà vu se tratara…

Vuelvo a la ciudad que me vio nacer a modo de incógnito, sin pretender que nadie sepa que estoy aquí, quiero vivir mi vida de antes, una vida sin horarios marcados para ver a los amigos y para poder disfrutar de la ciudad. Pienso que así volveré a sentir lo que antes sentía… Craso error. Hay algo que ha cambiado, no son las calles, ni mi casa, ni mi habitación… Algo ha cambiado y ese algo soy yo. 
Idealizamos lo que no tenemos, nos enamoramos a lo tonto de ciertas cosas de nuestro pasado y a veces olvido, que soy yo la que he tomado la decisión. La decisión de vivir el sueño que durante muchos años albergué, irme a vivir fuera, a la capital, a mi Madrid querido. Y desde el día que agarré con fuerza mis miedos y tomé la decisión de irme, no me han sucedido más que cosas buenas y enriquecedoras, desde trabajar en un sitio de mierda que me mostró que debía luchar por lo que quería, hasta encontrar al amor de vida, mi compañero de fatigas, de risas, de conversaciones profundas y no tan profundas… 
Siento que tengo parte de mi corazón lejos de mí, me falta el ser más importante de mi vida a mi lado, pero como casi todas las cosas en la vida, cuando escoges un camino, sabes que te estás perdiendo otro que también podría aportarte cosas buenas… Sopesando, creo que realmente escogí el buen camino, que luché por lo que quise en ese momento y que afortunadamente sigue siendo lo que quiero ahora. 
Siempre pienso que no avanzo, que no crezco, que soy la misma de hace 5 años, pero ahora, reflexionando banalmente, me doy cuenta de que no es así. Antes era miedica, cobarde, y me preocupa por cosas que nunca llegaba a hacer. Ahora en cambio, hago más que pienso, vivo más que añoro, y siento más que anhelo. Realmente es cierto aquello de que el futuro te lo escribes tu, realmente creo que cuando luchas por lo que quieres, al menos te llevas algo seguro para tu mochila personal, el saber que lo has intentado, las no dudas de qué abría pasado, y los baches que has superado y te han hecho crecer como persona. 
Escribo sentada en la misma habitación en la que escribía hace unos años, la habitación ha cambiado, como yo, pero en el fondo sigue siendo aquellas cuatro paredes que me inspiraban y me refugiaban del mundo, sigo siendo aquella persona sensible y soñadora, pero que en vez de quedarse en el intento, lo intentó y no fracasó, al fin y al cabo, no fracasó, porque de todo lo malo se aprende y de todo lo malo y bueno se crece. Qué bonito es arriesgarse, qué bonito es caerse, qué bonito es poder decidir sin ser esclavo de ti mismo… Qué bonito es decidirse a ser feliz. Qué bonito.

http://vimeo.com/67016348

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bravo. Enhorabuena!!